Más que nada el triunfo era necesario, sirvió para traer tranquilidad -al plantel, al cuerpo técnico, dirigentes e hinchas- luego del cachetazo sufrido frente a Atlanta. También para que Daniel Passarella no tenga que concurrir al entrenamiento y que cualquier tipo de rumor quede totalmente despejado.
River consiguió en San Juan la clasificación a cuartos de final de la Copa Argentina tras vencer por 2 a 1 a Quilmes con un mix que ofreció mas suplentes que titulares.
El primer tiempo fue aburrido, los dos se prestaban la pelota y cuando se intentaba jugar por abajo el partido se trabó demasiado. Un cabezazo de Juan Manuel Díaz que pasó apenas por arriba del travesaño tras un tiro libre del "Maestrico" González y el gol de David Trezeguet -jugadón de Funes Mori- fueron las únicas dos situaciones de peligro que creó River en los primeros 45 minutos.
Por su parte, Quilmes fue el que intentó manejar prolija la pelota e hizo volar a Chichizola con un cabezazo de Cauteruccio. Los dirigidos por Omar de Felippe merecían un poquito mas, hasta que llegó el gran goleador que tiene River, el gran David Trezeguet, y terminó de desmoralizar a los quilmeños.
El segundo tiempo fue mas tranquilo para los de Nuñez, con el resultado a favor mantenían cierta calma y hacían circular la pelota hasta llegar al arco que defendía Dulcich. La salida de Trezeguet -adentro Villalva- a los 16 minutos indicó algo y daba a entender que será de la partida frente a Huracán el sábado en el Monumental.
El "Keko" se mostró movedizo, pidiendo todas las pelotas y hasta se animó a habilitar después de su gol que llegó tras sacarse un rival de encima y definir desde afuera del área con un derechazo al ras del piso y al segundo palo del arquero.
Para las estadísticas quedó el derechazo de Cauteruccio ya que River consiguió lo que fue a buscar: triunfo y tranquilidad.
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