Nuevamente aparecían los fantasmas. Los fantasmas volvían a rondar por cada espacio del Monumental. La caída frente a Atlético Tucumán, el empate con Rosario Central y el histórico punto que se supo llevar Guillermo Brown de Puerto Madryn parecían estar a la vuelta de la esquina.
River volvió a cometer los mismos errores que viene cometiendo hace varias fechas: regala los primeros minutos - a veces hasta un tiempo -, erra pases inerrables, la defensa es un mar de dudas frente a cualquier contragolpe y Almeyda vuelve a creer que llenar el área de delanteros es la solución. Igualmente, los cambios que realizó ayer le dieron resultado porque ambos consiguieron un gol cada uno (Ocampos y Funes Mori).
El resultado de Instituto - Quilmes pareció haberle pesado una tonelada al Millonario. Domínguez volvió a estar impreciso, Sánchez - sufrió una fractura de clavícula - iba con la cabeza agachada y volvía tomando aire, Villalva - primera vez como titular en el torneo - no pesaba en ataque. Sumado a eso, Cavenaghi y Trezeguet estuvieron totalmente desconectados del "juego" del equipo.
Da la sensación que River juega mejor en condición de visitante que de local. La "presión" de su gente no le favorece en ningún aspecto por más que Almeyda diga que sus jugadores están tranquilos cuando juegan en Núñez.
Daniel Vega tuvo SU atajada del campeonato y González Pires no fue el se vió ante Racing. Jonathan Maidana perdió varias veces de arriba y cada contra de los correntinos era un dolor de cabeza.
Pero River ganó y es el único puntero de la B Nacional. Depende de River para ascender y darle una alegría a la gente. ¿Esta bueno que dependa de si mismo? Yo creo que si.
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